Cualquier comienzo que tenga como premisa el título del presente capítulo, nos transporta a la quimera especulativa de lo que no poseemos ni dominamos. Cuántas y diversas razones podrían deducirse o alimentarse basándose en las miles de teorías, hipótesis y dogmatismos que han intentado definir los conceptos anunciados previamente.
Permítasenos a nosotros citar la fuente más disparatada e ilógica respecto de la ciencia oficial y sesuda de nuestro tiempo. Nos referimos a la "Revelación extraterrestre", dentro de su mensaje cosmogónico y, en mayor medida, mesiánico y concienciador.
Nuestra filosofía es simple; sólo transmite, testimonia y traduce, esta voluntad operativa del Siglo XX, que hoy, como siempre, nos tutela y nos dirige en el largo devenir de nuestra precaria existencia.
Todo proyecto inicial, desea responder a estas preguntas tan rebuscadas y siempre presentes dentro del saber y del investigar humano: ¿Quiénes somos? ...¿De dónde venimos? ...¿A dónde nos dirigimos? ...¿Cuáles son nuestras funciones?...y el porqué de todo ello. ¡Ardua tarea la nuestra, para intentar plasmar una idea volumétrica en una superficie de papel limitada por sus dimensiones, así como por nuestras propias mermas culturales y morales! Pero también es verdad, que nuestro afán de conquista y de conocimiento nos hace emprender el camino del coloquio, sin más preámbulos, llamando a su indulgencia y especial predisposición, hacia las formas y conceptos vertidos en el presente estudio.
Tradicionalmente hablando, somos el resultado generacional de la unión entre un hombre (Adán) y una mujer (Eva), siendo estos a su vez, el efecto inmediato de un trozo de barro. De esta síntesis, podríamos considerar al "barro" como nuestro principio activo y materia prima original, que nos llevaría (con todo respeto) a adorar a un "Alfarero Divino". Como es de suponer, este material tiene un origen lógico en la Creación del mundo y en la manifestación desde la "nada" a la existencia; operación esta que ha movido filosófica y metafísicamente a especular a los investigadores, respecto de diversas teorías. Son tres las corrientes definidas a este fin:
La Escolástica, por la cual Dios creó el mundo y le dio una existencia separada formándolo de la nada.
El Dualismo, por el cual Dios hizo el mundo a partir de una materia preexistente.
Y el panteísmo, según el cual, la Divinidad formó el mundo de su propia sustancia, siendo todas las cosas emanaciones de Ella.
Como pueden los lectores comprobar, existen incógnitas lo suficientemente profundas como para rascarnos la cabeza o no dormir en muchas noches. Nuestra intención es caminar desde otra lógica, para considerar nuestro universo como una parte del edificio macrocósmico que llamaremos Dios, regido por una inteligencia omnicreante o Espíritu Santo, y que regula la existencialidad de 150 billones de universos; pero... ¿qué es el hombre?...
¿QUIENES SOMOS?.
Sería absolutamente simple, empezar a responder desde la afirmación peregrina que, "el hombre es el resultado de una conjunción de moléculas, átomos y ácidos, aleados al azar y empujados a existir por imperativo del cerebro", o bien investigar, llamando a las fuentes filosóficas de la generación espontánea. Nuestra respuesta tiene tres niveles de comprensión que, en cualquier caso, definirán al hombre en su perfecta cosmogonía y que resultan implícitos y bien desarrollados en el comunicado que el extraterrestre Adoniesis recibe a su vez de la Inteligencia Cósmica Poimandres:
"E1 hombre es la resultante de tres valores dimensionales distintos entre sí, si bien obran juntos: El Espíritu (inteligencia); el hombre real, eterno, inmutable. Pneuma o alma (dinamismo vital cambiante); astral.
Cuerpo material (instrumento variante coordinado por el dinamismo vital o psique, vinculado por la dimensión espacio‑tiempo).
E1 espíritu. (Inteligencia individual), surge de la Inteligencia o Espíritu Creador del cosmos. Es inmortal e inmutable. Coordina, instruye, determina y produce el proceso operador del astral, pneuma o alma, con la cual está siempre en contacto e inseparable, durante el ciclo experimental y operativo en las dimensiones espacio‑tiempo.
Pneuma o alma. (Dinamismo astral vital), surge de la luz creada por el Espíritu Creador del cosmos o del macro‑ser. Es mudable e inmortal. Coordina e instruye las estructuraciones de los edificios físico‑materiales y determina la vitalidad (animación) y los servicios necesarios para la inteligencia (espíritu), para el desarrollo de la actividad indispensable al devenir continuo del cosmos o macro‑ser y a su cosmo‑economía o evolución.
Cuerpo material. (Instrumento cambiante), surge desde la luz astral, con la cual está estrechamente unido, y desde la cual dependen su dinamismo y su vitalidad. E1 se muda solamente cuando la luz astral se desprende definitivamente, por haberse terminado la experimentación del espíritu.
Esto, en síntesis, es la actuación y colaboración de los tres aspectos mudables e inmudables pero siempre eternos, de lo manifestado o de lo creado. La imagen del hombre en estos tres componentes es parecida al ser macro‑cósmico, compuesto por los valores obrantes de las siete dimensiones y estructurado por 150 billones de universos. Seres macro‑cósmicos hay muchos, ya lo hemos dicho con antelación.
Vosotros hijos de la Tierra, sois enzimas de una de sus células macrocósmica. Todo es mudable y eterno. E1 espíritu es eterno e inmutable.
Esto, por deseo de la Suprema Inteligencia. Con paz y amor, Adoniesis."
Resulta evidente que los conceptos aludidos en el mensaje precedente, nos llevan a otras tantas salidas o cuestiones, capaces de generar infinitas preguntas, que acudirán simultáneamente a esta lectura. Es como andar un camino lleno de curvas que nos revele o presente imágenes o paisajes inesperados; así en definitiva es el conocimiento. Es caminar por amor al descubrimiento y por el carisma de conocer para después producir. E1 hombre, como se ha dicho, alimenta el devenir o la existencia del ser macro‑cósmico o Dios, siendo una parte de El. Puede ser a su vez, consciente o inconsciente, realizado o no realizado, doliente o alegre, feliz o infeliz, etc. etc... Es Dios el que se autodefine, se auto manifiesta y se crea a través de su edificio cosmogónico y sustentador; o lo que es lo mismo, un inmenso ser compuesto de, células‑planetas con sus enzimas los hombres; tejidos‑galaxias con sus enzimas los soles; miembros universos con sus componentes intrínsecos citados.
El aspecto del hombre en cuanto a su componente material, es a su vez la resultante de la codificación, experimentación y asimilación cuantitativa y cualitativa de los dinamismos que forman los reinos mineral, vegetal y animal; es decir, nuestras células están informadas y codificadas para responder a estos estímulos minerales, vegetales y animales; así el hombre ingiere, transforma y manipula los elementos inferiores a este orden citado. Podríamos ver a través de un análisis por disgregación de la memoria acumulativa en la célula, setecientos millones de años de experimentación por cada uno de los tres aspectos.
Veamos ahora la materia como punto de partida de estas tres divisiones ya citadas: ¿Qué es la materia?, no basta con decir "energía", como ya es aceptado por todos, es necesario alear un poco de filosofía con principios físicos y científicos para intentar responder a nuestra pregunta; y nadie mejor para hacerlo que el científico de la cuarta dimensión Hoara, que nos dice:
"Existen dinámicas cohesivas distintas, que pueden ser modificadas a través de particulares energías conducidas por líneas de fuerza magnéticas o físicas.
La materia orgánica obedece a una dinámica biológica estrechamente ligada al átomo de hidrógeno psiquizado, mientras la inorgánica está gobernada por flujos y reflujos de magnetismo cohesivo modificante y por la fuerza gravitacional.
Un artefacto de materia orgánica puede ser modificado en la forma, si el magnetismo cohesivo es forzadamente descompuesto en sus equilibrios.
Para daros un ejemplo: un tanque, un avión y un barco, pueden perder su forma, y ser reducidos a un cúmulo de metales informes.
Las micro vibraciones descompensadoras, embistiendo al objeto, producen en éste un progresivo deshojamiento con la pérdida de la forma originaria y de la compactación. No es "antimateria", sino capacidad de modificar su forma. A diferencia de la bomba de neutrones, no destruye la vida, sino que cambia radicalmente los ingenios bélicos y cuanto reviste características destructivas. Paz a todos."
Como veremos posteriormente, las ondas anunciadas en el comunicado anterior, han sido empleadas en diversas ocasiones por los hermanos del espacio, contra instalaciones militares de diversos países de la Tierra.
E1 extraterrestre Ali, desde la astronave Cristal Bell nos envía a su vez y relativo a la materia, otro mensaje:
"La morada de la Fuerza Omnicreante, del padre del creado, del increado, de lo visible y de lo invisible, está en el átomo de hidrógeno. En este átomo se alberga toda la genética del cosmos. Desde su morada, la Fuerza Omnicreante determina las distintas dimensiones y los elementos que la constituyen.
Es verdad su omnipresencia, su omnisciencia y su omnipotencia. Sin su presencia nada puede manifestarse. El espacio es ocupable, s61o si su fuerza está presente y móvil.
Como ya fue explicado precedentemente por el hermano Hoara, el átomo de hidrógeno es el átomo primordial y primario. La variación de sus frecuencias comporta una determinación constante y precisa en las varias estructuras dimensionales de la materia, ya sea sólida que dinámica.
La ley de la Fuerza Omnicreante está sostenida por el inmutable instinto del devenir y por los equilibrios de los distintos dinamismos creativos de formas y sustancias. Desestabilizar los dinamismos comporta una anómala actividad creativa.
Cuando coaccionáis la estabilidad de los elementos, os coaccionáis a vosotros mismos. Desestabilizáis vuestros equilibrios evolutivos y existenciales. La degradación del átomo de hidrógeno conduce, inevitablemente a la anulación de las vibraciones que instruyen la vida.
"No separéis cuanto Dios ha creado y unido". Vuestras enfermedades físicas y psíquicas, y la lenta capacidad evolutiva de vuestra especie, son debidas a las frecuencias anómalas que las estructuras microscópicas sufren, violentando así los equilibrios de la Fuerza Omnicreante, siempre presente en cada cosa. La desintegración del átomo de hidrógeno, descompone radicalmente sus estructuras creativas; de aquí el lento e inexorable fin de la vida.
Debéis convenceros que estas verdades son fundamentales para comprender la verdadera naturaleza de lo que vosotros llamáis Espíritu Santo o de cuanta forma parte de vuestros cultos.
¿Quiénes somos?..., está dicho: "Vosotros sois Dioses", y efectivamente así debería ser, si nuestra identidad y sus aspectos, autor realizarán armónicamente su devenir, engranando en el edificio macro‑cósmico que nos contiene, y produciendo positivamente para la economía creativa. Vienen a nuestra memoria las paternales manifestaciones del científico alemán Herman Oberth, padre de la misilistica y maestro de Von Braun: "La experiencia sobre la Tierra es so1o una de las tantas que el alma puede hacer en su camino infinito. Dios nos ha creado para que hagamos de la Tierra un paraíso; hoy todavía estamos lejanos de esta realidad, pero tengo fe en que llegaremos."
Si el hombre es consciente, necesariamente debe alimentar un futuro que le traiga continuidad positiva, eterna y feliz, pero desgraciadamente el mal y sus efectos encarnan y definen asimismo la identidad humana, llevándonos al aniquilamiento y al dolor; pero proseguimos existiendo, porque así existe el "Todo" y porque Dios no puede prescindir de un elemento que lo forma y que necesita. Al igual que yo no puedo ignorar mi propio brazo o mi corazón. Podemos estar enfermos; eso sí, por un tiempo breve o largo, de una u otra manera, más o menos conscientes, pero existenciales en distintos periodos, con diversas envolturas y en unidades de tiempo y espacio desiguales, a través de las infinitas moradas que tiene "el creado".
A la eterna pregunta de ¿quiénes somos?, cada uno de nosotros da una respuesta subjetiva. Para el que sufre todo es una incógnita triste, tiñendo de pesimismo las respuestas, que día a día le recuerdan su dolor. Para el feliz, el rico, el pobre, etc. etc... todo se traduce a su inmediata circunstancia. Los extraterrestres provenientes de los altos planos de conciencia, suelen expresar en sus comunicados la realidad de existir ligados al "Ego‑sum", es decir, de conocer perfectamente su porqué vital y sus fines. La deidad la poseen operativa y desarrollada en sus consciencias, y adoran como principio máximo, a la Fuerza Omnicreante del cosmos.
Siempre se ha cuestionado el hecho de que un loco profundo exista sin la capacidad de responderse sobre su "porqué vital". Todo radica en el pensamiento, según afirmaba Descartes: "Pienso, luego existo"..., ¿pero, piensa un loco?...,¿cuántos locos existen entre los que se creen cuerdos?..., interesantes demandas que deberíamos repasar para situarnos en el complejo mundo en el que vivimos.
Desde el punto de vista nuestro, todo quedarla respondido desde una perfecta consciencia operativa que funcione en armonía con la ley del devenir de nuestra especie, contribuyendo positivamente a la economía creativa del Macro‑ser o Dios. Llegar a este estado ideal parece imposible, cuando constatamos que el mundo de las alucinaciones, la cultura y el consumo, nos empuja a desdibujarnos y despersonificarnos para alimentar a los ídolos de nuestro tiempo, haciendo prototipos humanos que invariablemente atentan contra la ley impresa en cada elemento.
Cuando de pequeños estudiábamos la doctrina, se nos enseñaba a adorar a un Dios compuesto por tres entidades: Padre, Hijo y Espíritu Santo, siendo tres personas distintas y un solo Dios verdadero. Nos acordamos asimismo; del genuino interés en desvelar este misterio, que repetidamente obtenía una respuesta por parte del educador: "Misterio ....misterio" y nos contaban el ejemplo del santo que quería meter el océano en un agujero de la playa. Con el paso del tiempo, nuestro propio raciocinio nos ha hecho indagar, desterrando lo dogmático o lo impuesto; sencillamente porque nadie puede a lo que no se conoce y que está perdido entre los postulados y las especulaciones de los teólogos. Si empleáramos la sencillez intuitiva, veríamos resuelta esta incógnita, al definir en el hombre precisamente a Dios, pues como hablamos dicho previamente: "Nosotros somos Dioses". Así pues, a modo de hipótesis, podríamos dejar a su deducción, el hecho de que al ser trinos, expresamos la naturaleza semejante a la composición de la Divinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por tanto es más lógico encontrar respuestas en nosotros mismos, que no perderse en la playa, alejándonos en la quimera del misterio. Bien es verdad que para la mayoría resulta más difícil indagar dentro que fuera, pues estamos educados en el mundo de la imagen en las periferias y aspectos, y no en los contenidos motivadores. Recordamos un cuento oriental que nos expresa esta triste realidad y que tal y como nos lo contaron, decía así:
"Érase una vez el Supremo Monarca Divino, que estaba rodeado por sus consejeros, para deducir dónde podrían esconder el conocimiento absoluto, y diferenciarse así de los mortales humanos. Dijo un consejero: ¡Escondámoslo en el fondo del mar!, ¡no!, dijo Dios; puesto que bajarla a buscarlo antes o, después y lo encontrarla. Otro de los presentes anuncié a su vez: ¡Guardémoslo en lo alto de la montaña!, ¡no!, dijo la Divinidad, puesto que ascenderla para descubrirlo antes o después.
Luego de reflexionar largo rato, declaré definitivamente: ¡Escondámoslo dentro del propio hombre y nunca lo encontrará!".
Y no lo hallamos, efectivamente, porque nuestra vida está proyectada hacia el exterior y las banalidades pasajeras, y no hacia nuestro interior motivador. En esta b9squeda hacia nosotros mismos, todo son soluciones místico‑meditativas, traídas por gurus, escuelas esotéricas, sectas y agrupaciones, que airosamente propugnan con métodos, ritos y fórmulas pasivas, el llegar al estado del súper‑hombre. Nosotros creemos que el modela pasa por un redimensionamiento de la obra y figura del Maestro de los Maestros Jesús el Cristo, que no utilizó otro método, que no fuera el dolor, el sufrimiento y la entrega a un pueblo ignorante e insensible a la enseñanza perpetua en cada latido de su existencia.
¿DE DONDE VENIMOS?. Dijo Dios: "Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza..." (Génesis 1‑26). ¡Hagamos! ....¿quiénes?, ¿por qué Dios emplea el plural, cuando sélo El es uno e indivisible?. ¿Fueron más de uno los elementos y las voluntades que intervinieron en la creación de nuestros antepasados?. Las respuestas sucesivas a estas preguntas, las encontramos expuestas a continuación, y que comenzaremos ahora a comentar ordenadamente:
LA SERPIENTE EMPLUMADA DORADA, O BIEN EL PRIMATE DEL HOMBRE:
"Y Dios creó los grandes monstruos del agua y todos los animales que bullen en ella". (Génesis 1‑21). Los Señores de la luz descendieron sobre la Tierra; su tarea: generar. Escogieron en consecuencia un dinosaurio acuático de dimensiones medias, criatura poseedora de las cualidades primarias para iniciar la ascensión evolutiva.
Es evidente que en esta etapa de formación y generación de la vida en nuestro planeta, todo estaba en el agua; no en vano ha sido reconocido a todos los niveles, que el agua es la fuente de la vida, por tanto, las manifestaciones vitales existentes hace millones de años, se ubicaban en este medio. Ha sido también materia de estudio e investigación la proporción dantesca de esas formas biológicas que poblaban la Tierra en el periodo de asentamiento con convulsiones alarmantes, debido al progresivo y reciente enfriamiento de los gases y del núcleo ígneo‑cósmico que quedó atrapado en el centro por la corteza del planeta.
Los Elohim, Señores de la luz, ya en este periodo millonario del pasado, hacen el primer señalamiento genético, apartando a una especie mejor dotada, de las otras más torpes que junto a ella pululaban en las cenagosas aguas de aquel terrible pasado.
"Dijo luego Dios: Brote la Tierra seres animados según su especie, ganados, reptiles y bestias" (Gen.1‑25).‑ Del agua, fuente de vida, la serpiente subió a la tierra para convertirse en el anthropos, el hombre. (
Todos los indicios del estudio biológico basado en el comportamiento animal, parecen indicarnos que del agua salieron al terreno circundante, mutándose los acuáticos en anfibios, reptiles, mamíferos, etc, etc..., modificando sus estructuras y adaptándose a los distintos lugares, modos y costumbres a lo largo de millones de años.
"Entonces los detentadores del Supremo Conocimiento, intervinieron, normalizando la estructura y operando sobre el cóccix y la hipófisis". "Introdujeron en el cuerpo las plumas glandulares del ser andrógeno".
"Y se dijo Yahve‑Dios: No es bueno que el hombre esté solo, voy a hacerle una ayuda proporcionada a él (Gen.2‑1ó)...Y de la costilla que del hombre tomara, formó Yahve‑Dios a la mujer y se la presentó al hombre, el hombre exclamó: ¡Esto si que es ya hueso de mis huesos y carne de mi carne! (Gen.2‑22/23)...Separaron los sexos; los hicieron a su imagen y semejanza".
Leyendo el texto bíblico encontramos claves interesantes que refuerzan esta ilustración (dibujo H), en primer lugar, la costilla que arranca de la columna vertebral o espalda, lugar este donde la intervención por parte de los Elohim, fue decisiva al operar la parte baja dé la columna, es decir, cortarle la cola al reptil y la parte alta o hipófisis donde precisamente podemos localizar el centro vital psico‑anímico y motor del hombre. Otra clave muy interesante la tenemos en la propia afirmación de este prototipo humano cuando dice: "Esto es hueso de mis huesos y carne de mi carne", aduciendo claramente a una unidad sintética primaria o materia prima inicial, de donde se partió para la posterior división de sexos. Respecto del antepasado nuestro, anfibio, el investigador de fósiles vertebrados del museo nacional de Canadá, Dale Russel, dio a conocer al medio público el "dinosauroide", que reunía la síntesis explicativa de nuestro trabajo en este punto.
"Modeló Dios al hombre de la arcilla y le inspiró en el rostro aliento de vida, y fue así el hombre ser animado (Gen.2:7) Los Elohim dijeron: "A1 hombre le daremos la luz para vivir en conciencia".‑ Al caballo (cuerpo) le daremos un jinete eterno (espíritu). A1 cuerpo se acopló el astral". (Dibujo I).
En el Génesis 3:22, Yahve‑Dios, dice: "He aquí al hombre hecho como uno de nosotros", y reincide en la pluralidad de patrones o seres patronímicos. "Cuando comenzaron a multiplicarse los hombres sobre la Tierra y tuvieron hijas, viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron de entre ellas por mujeres, las que bien quisieron (Gen.61/2)...Existían entonces los gigantes en la Tierra, y también después cuando los hijos de las estrellas copularon con las hijas del hombre, injertando nuevos genes y valores hereditarios. E1 ambiente fue mutado para hacer posible la evolución de la vida; los dinosaurios sufrieron una reducción estabilizarte de la propia mole y aparecieron nuevos animales e insectos traídos de otros mundos.
La tierra y sus semillas fueron bendecidas por el sol.
Los hijos de los Dioses, o lo que es lo mismo, los extraterrestres venidos de los espacios siderales, quisieron instaurar una genética expansiva a partir de la inseminación del primate; genética esta que fue codificada desde un plan bien preciso de la Inteligencia Creante, ordenando a la constelación de Proción, cuyos habitantes de piel amarilla representaban los valores intelectuales; a la constelación de Alfa Centauro, cuyos componentes rubios y blancos portaban valores erótico-creativos; a la raza proveniente de Orión, dé piel bronceada y gran estatura, que representaba los valores mágicos; y por último a los habitantes de las Pléyades, de color rojo y con grandes estímulos espirituales, que se mezclaran todas ellas en un árbol genético activo en el tiempo y en este espacio, para producir un sólo fruto en el futuro: "el hombre aceitunado", como resumen de las características raciales de estos aportes, así como una espiritualidad, resultante de las agregaciones de las citadas constelaciones.
Parece evidentemente más lógico, concebir que las distintas genéticas raciales vivientes en nuestro planeta, vendrían del espacio y de diversos lugares, que no del mono, como afirma la teoría Darviniana, puesto que nos encontraríamos con incongruencias palpables, respecto de que al existir todavía razas monoides y el hombre al mismo tiempo, se establecen necesariamente dos paralelismos evolutivos diferenciados. Es decir, si venimos del mono y hemos evolucionado...¿qué pintan los cientos de razas de este animal, que aún viven entre nosotros?, ¿por qué ellas no han evolucionado al unísono del hombre?... Además, seria 1ógico encontrar monos amarillos, negros, rojos y blancos, y no se dan tales prototipos diferenciados.
Como habíamos dicho al principio del capitulo, los hermanos del espacio se fijaron en la serpiente emplumada "dorada", que resaltaba por sus dotes, del resto de las especies, mientras que la serpiente emplumada "plateada", más lenta y menos dotada, seria la que iniciara la cadena ascendente evolutiva propia de los monoídes. Que un dia milenario, en este u otro planeta, el mono actual .sea elegido por los extraterrestres‑arquitectos para albergar la inteligencia pensante, nos parece muy 1ógico; pero de momento, absolutamente ningún estudio biológico serio, afirma que venimos de este animal tan reiterado, dejando una incógnita en el aire, que se ha dado en llamar el "eslabón perdido", a la espera de que la ciencia llegue a soluciones más idóneas.
Para los amantes de lo simbólico, es curioso observar raíces tradicionales y elementos testimoniales de este conocimiento iniciático en las distintas figuras comparativas de las constelaciones celestes en nuestras culturas antiguas, como la egipcia, que representa a la esfinge con rasgos animales y humanos mezclados, o bien la tradición judaica que nos muestra el águila, el león y el toro, representando a la revelación de los evangelistas. Símbolos aún más claros y palpables, en la llanura del Nazca en Sudamérica, que a modo de mapa celeste se enumeran otras tantas estrellas y constelaciones, que parecen recordar nuestros orígenes. Pero, nos extenderemos mucho más a este respecto a lo largo de nuestro estudio.
"Porque el hombre ha sido hecho a imagen de Dios (Gen.9:6). E1 Arquetipo del universo se complació: E1 hombre Dios potencial, Adán‑Eva, habla sido creado".
Podríamos extendernos en nuevas afirmaciones y contrastes demostrativos de todos los conceptos vertidos, pero el trabajo final seria monográfico y no el resumen de todo un conocimiento global. Otras tantas citas para el conocimiento emergen del comunicado dictado por Hoara, al Sr. Siragusa, en torno a los orígenes del hombre y a la voluntad que nos engendré:
"Vuestros primeros padres, aquellos que fecundaron la vida sobre vuestro planeta, vinieron de lejos y no eran terrestres.
Las primeras tribus humanoídes, hijos del mundo estaban privadas de inteligencia, antes que acaeciese el acoplamiento entre los hijos de Dios y las hijas de los hombres. Entonces se formé el "homo sapiens" verdadero heredero de una genética injertada por una voluntad superior del Dios viviente.
Los Dioses estaban complacidos, volviendo un hombre animal a su imagen y semejanza, y concediéndole el beneficio de la inmortalidad con condiciones bien precisas y con la obligación de respetar y obedecer la ley de los Creadores y venerar la Fuerza Omnipotente y Omnisciente del Santo Espíritu, creador de todo, Dioses comprendidos.
Cada cielo tiene un padre, un gobernador de la Inteligencia Creadora, un Dios -como vosotros .lo llamáis- asistido por una lista indefinible de coordinadores, instructores, vigilantes, modificadores, manipuladores, hijos de la luz y dueños de su poder y de los elementos primarios realizadores de la vida en sus varias dimensiones.
Vuestro sol es logos de la Idea Divina Creadora, donde cada idea se hace forma antes de ser, de existir, de servir, de ser servido.
La verdad es el conocimiento, y la conciencia es acúmulo, depósito indestructible de las obras experimentadas en el edificio creativo donde se forja el devenir continuo, mutable, eterno del cosmos.
E1 ayer y el mañana se identifican en el eterno presente, mientras el espacio y el tiempo no son más que apariencias brotadas de las dimensiones relativas de las masas gravitantes de los hemisferios materiales.
E1 absoluto existe sólo en la astralidad, donde todo es causa sublimada de la incorruptible armonía del poder divino y de la androgeneidad de las formas nacidas de la idea de la Luz Creante. Hoara os concede paz.
Por otro lado, remontarnos a textos o tradiciones histéricas de las mitologías india, china, azteca y asiática, repletas de citas prehistóricas, que nos entroncan en una voluntad extraterrena de inseminarnos, crearnos y tutelarnos, reforzaría en cualquier caso, lo que ya el sentido común del hombre va aceptando por encima de los dogmatismos doctrinales. Somos hijos de las estrellas y vivimos por voluntad de seres superiores o Arquetipos, que alimentan el devenir de Dios.
Imaginemos que a partir de 1 cm. 3 de nuestro semen (1 cm. 3 tiene 750.000.000 de espermatozoides) y viajando a otro planeta, insemináramos a las monas o primates allí existentes; al fin y al cabo, desde el estado actual de las investigaciones médico‑biológicas, esta hipótesis pudiera ser una realidad; los hijos de esta unión, ¿a quién adorarían como Dios?... El hombre es un micro cosmos en cuyo interior se alberga potencialmente un universo latente de vida.
Traer al relato opiniones de personalidades que sitúan el origen del hombre, en una voluntad extraterrestre de engendrarnos, seria prolijo, dado que la ciencia y la madurez intelectual., así como las pruebas irrefutables de los hechos, atraen cada día a un numero mayor de convencidos. Bástenos en forma representativa citar a Thomas Gold, astrónomo de la universidad de Cambridge, que sostiene: "E1 hombre es un residuo de antiguas inteligencias galácticas que visitaron nuestro planeta hace miles de millones de años. Alguno de estos seres, fusionados con los antiguos, dieron origen a la raza humana", o bien al compositor moderno Karlheinz Stockhausen, máximo exponente de la música sinfónica actual: "Estoy persuadido de que la sustancia bruta de que el hombre está hecho, proviene de la Tierra, de los reinos mineral, vegetal y animal. Pero, al mismo tiempo, estoy convencido que, hace cuatrocientos o cuatrocientos cincuenta mil años, unos seres venidos de otro punto del universo han traído al hombre la cultura y también la música. Desde mi infancia he tenido la intuición de que no soy de aquí, de este planeta, y de que lo esencial de mi misión en la Tierra consiste en establecer, a través de la musita, unos lazos entre los terrestres y los extraterrestres".
Volviendo a la serpiente como elemento genérico de diversas culturas, su figura nos remite en todos los casos a un pasado común que vinculé al hombre en un origen idéntico. Así pues, desde la tradición china que emplea el dragón como elemento originario de su existencia, y las leyendas aztecas y mayas que representan al hombre saliendo de una cabeza de ofidios tenemos la cultura jadeo‑cristiana que atribuye a la culebra o reptil propiedades o hábitos malignos, y también las serpientes que blasonan el concepto hipocrático de la medicina y la farmacia, emblema este que ha servido de base a cabalistas y estudiosos para las más dispares definiciones.
Aparece asimismo la serpiente en una cultura aún más antigua, la egipcia, cuyos faraones la usaban en sus atributos y adornos como elemento ligado a la jerarquía o poder. No digamos nada de la India y de la "cobra", como figura de culto y de enigma. La relación serpiente-Dios se define perfectamente en la divinidad romana de Esculapio, relacionado con el dios griego Asclepio, a cargo de la medicina, que tiene sobre sus rodillas una serpiente. Por último, en la tradición judaica se da a este reptil propiedades mágicas, como en el caso de Moisés que hizo una serpiente de bronce capaz de curar las mordeduras producidas por las enviadas por Yahve y que se tragó a las culebras mágicas del faraón.
En otro orden de cosas y de citas, se nos enseña en la Biblia, que son tres los elementos primigenios de la existencia; es decir, Adán, Eva y la serpiente. Es de todos aceptado que estos personajes encierran parabólicamente una explicación más racional y lógica, que la doctrinal hasta ahora divulgada. Para nosotros, Adán no es otra cosa que el espíritu; Eva, el alma y la serpiente, la materia o nuestro cuerpo. No son seres o elementos aislados, sino la explicación de unas funciones bien determinadas, dentro del concepto existencial del hombre. La serpiente de este caso tiene como misión perpetuar su predominio sobre el espíritu, de ahí que utilice el alma o "Eva", como vehículo para someter a "Adán"; al final es la materia la que se humilla, al ser pisoteada por la naturaleza femenina del alma, dejando al espíritu libre en su propia dimensión astral. No hay que olvidar que la materia tiene como código de comportamiento, la mutación constante, de ahí el ciclo rotativo de los elementos: "La basura que abona la tierra, da vida; la vida después de un tiempo se hace a su vez basura". Por lo tanto, ese empuje programático nos lleva en el aspecto material a mutar por medio de la muerte, mientras que el espíritu es inmutable y eterno, tal y como nos decía Adoniesis al principio del capitulo.
La Biblia en todo caso, tiene tres niveles de lectura: espiritual, psíquico y material, siendo muy difícil establecer dogmatismos a partir de la simple apreciación literaria de sus expresiones. Es necesario utilizar la intuición y la lógica científica para ver más allá de la simplicidad de sus parábolas.
Para concluir nuestro capitulo de las serpientes, a lo largo de la Historia y de las tradiciones deberemos incluir, como más reciente, la afirmación de la doctora Irene Saenger Bredt, ingeniero de la industria aerospacial, que en su libro "Ungeloste Ratsel the Shopfung" plantea la pregunta: ¿Por que juega la serpiente un papel tan importante en las tradiciones de los pueblos?, y en sus respuestas viene a decirnos, que sin duda este símbolo tiene que relacionarse con la creación del universo o el principio de la vida.
Asimismo Robert Charroux nos refiere en sus textos de estudio, que en todas partes hubo serpientes luminosas que volaban por los aires y que diversos pueblos las elevaron a la categoría de divinidad, siendo una de éstas la serpiente con cabeza de gavilán de la tradición sudamericana.
La etapa intermedia anfibia, está asimismo memorizada en el comportamiento espontáneo de los recién nacidos, que por medio de experimentos iniciados en' Francia y posteriormente extendidos al resto de los países, se propiciaba el nacimiento del bebe dentro del agua, sin ningún peligro comprobado para el mismo. No hay que olvidar que el niño en su morada materna placentaria, permanece nadando en el líquido protector que le acoge durante nueve meses.
¿A DONDE VAMOS?.
Bastaría en cualquier caso una simple afirmación: "E1 hombre está condenado a ser eternamente feliz", pero claro está, hay que conseguirlo poco a poco, por medio de la experimentación y del conocimiento. ¿Cómo es esto posible?... Empezaremos a citar alusiones como la de la Asociación Adonai, autora del presente trabajo, que en comunicado dirigido a todos los medios públicos, decía en una de sus partes relativas a este tema: "La reencarnación es una constante en el universo, y el hombre, como las otras criaturas, debe ascender a través de su retorno y de sus experiencias, al plano contemplativo, de donde procedemos y al que volveremos antes o después".
Debemos considerar, que una vez escaladas la primera, la segunda y la tercera dimensión, el alma colectiva de la naturaleza y la inteligencia coordinadora de los elementos, han preparado el soporte biológico o cuerpo, para que el espíritu se acople y camine en la andadura terrena. En esta etapa primaria, el espíritu nada sabe ni conoce, por tanto, se vale de su instrumento material para experimentar y aprender, y así' hacer un almacén de conocimientos autorrealizados, que llegarán al total o máximo estado de sabiduría. Es de suponer, que en una só1a vida, tal posibilidad no puede darse, por lo que serán no só1o una, sino diversas, y no só1o en un lugar, sino en infinitas moradas del Padre Creador; y no só1o con una determinada circunstancia, sino con complementarias y múltiples. En la sabiduría esotérica, se suele decir aludiendo a este eterno retorno: "Si siembro flores en esta vida, flores recogeré en la otra, y si siembro cardos, cardos me dará mi próxima existencia", o lo que se ha dado en llamar la eterna ley de causa‑efecto, que preside cada dinamismo del cosmos. En la medida que nuestro conocimiento crece y que la experimentación se hace libro de sabiduría en nuestra alma, las estancias que visitan nuestras siguientes vidas, estarán en consonancia a la propia evolución; no necesariamente deberá retornar a este infierno terreno, si mi calidad y mi vibración vital se hacen acreedoras a una morada planetaria y carnal más evolucionadas.
E1 Centro de Estudios de la Fraternidad Cósmica en Italia, publicó a su vez una bella fábula que hemos querido citar como otra de las alusiones esclarecedoras de nuestros argumentos.
VUELVE MAÑANA, PARÁBOLA DE LA REENCARNACION.
Un niño va por primera vez a la escuela; era muy pequeño y sus conocimientos no pasaban de la experiencia infantil. Su maestro (que era Dios), lo puso en la primera clase y le pide que aprenda las lecciones siguientes: "Tu no debes matar, tu no debes hacer daño a ningún ser viviente, tu no debes robar". Luego, él no mata, pero era cruel y robaba. Al final del día (cuando su barba era gris) su Maestro le dijo: "Tu has aprendido a no matar, pero no has aprendido las otras lecciones. ¡Vuelve mañana!.
Al día siguiente volvió, y todavía era un niño, su Maestro (que era Dios), lo puso en una clase un poco más adelantada y le dio estas lecciones para aprender: "Tú no debes hacer daño a ningún ser viviente, tu no debes robar, tú no debes mentir". Luego, el hombre cesa de ser cruel, pero robaba y mentía. Al final del día su Maestro le dijo: "Tu has aprendido a no ser cruel, pero no has aprendido las otras lecciones. ¡Vuelve mañana!
A1 día siguiente, volvió de nuevo y era todavía un niño, su Maestro lo puso en una clase un poco más adelantada y le dio estas lecciones para aprender: "M no debes robar más. Pero mentía y deseaba los bienes de los otros. Y al final del día, su Maestro le dijo: "Tu has aprendido a no robar, pero las otras lecciones no las has aprendido. ¡Vuelve, pequeño mío, vuelve mañana! ¡He aquí lo que yo he leído en los rostros de los hombres, en el libro del mundo y en las estrellas del firmamento!
Citar la reencarnación en un medio cultural cristiano‑católico, ámbito este donde surtirá efecto nuestro estudio, puede resultar desacertado, pero es bueno que se conozca que hasta el Concilio de Constantinopla en el año 543 d.C., la reencarnación del espíritu era un hecho aceptado por todos los fieles de las iglesias. Y aludiendo a concreciones bíblicas, citaremos aquí algunas de las más rotundas, a modo de aval, puesto que son numerosísimas.
"Jerem1as 1:4/5. LLegóme la palabra de Yahve que decía: Antes que te formara en el vientre te conocí, antes de que tú salieses del seno materno te consagre y te designé para profeta de pueblos".
La alusión a la reencarnación parece evidente: el conocimiento de un individuo antes de su concepción, só1o puede indicarnos que ya habla existido como entidad física concreta en una o varias vidas precedentes. De hecho, si el Señor hubiera querido decir, haber conocido a Jeremías como persona física en su vida precedente; es decir, como entidad espiritual, sus palabras no tendrán sentido, ya que El conoce a todos los espíritus y no solamente al de Jeremías.
Cinco siglos antes de Cristo, Malaquías anuncia a las gentes que Dios enviará sobre la Tierra al profeta Elías, que habla vivido cuatro siglos antes que él.
"He aquí que yo enviare a Ellas, el profeta, antes que venga el día de Yahve". (Malaquias 4:5). Un retorno de este género, evidentemente, no puede ser entendido sino como una verdadera reencarnación. Los siglos pasaron, y he aquí' que Lucas nos dice que esta profecía se está cumpliendo. El ángel anuncia a Zacarías la reencarnación de Elías con estas palabras:
"Isabel, tu mujer, te dará a luz un hijo, al que pondrás por nombre Juan... Y a muchos de los hijos de Israel convertirá al Señor su Dios, y caminar delante del Señor en el espíritu y poder de Elías". (Lucas 1:13/16,17).
Juan, entonces, naceré y tendrá el espíritu de Elías, además de su potencia; y se precisa que él precederá al Mesías. Por consiguiente, tenemos una referencia precisa a la reencarnación de Elías en Juan. Juan nació, predicó a las gentes en el desierto, bautizó a Jesús y fue encarcelado. Pero como las muchedumbres no comprendieron quién era, Jesús interviene severamente y les dirige estos reproches.
"Qué habéis ido a ver al desierto, una caña agitada por el viento?, ¿qué habéis ido a ver, a un hombre vestido muellemente?, ¿a qué habéis ido, a ver un profeta? Yo os digo que más que un profeta, este es de quien está escrito: "He aquí que yo envío a mi mensajero delante de tu faz, que prepararé tus caminos delante de mi". En verdad os digo que entre los nacidos de mujer, no ha aparecido uno más grande que Juan el Bautista... Y si queréis oírlo, él es el Elías que ha de venir. E1 que tenga oídos que oiga. (Mateo 11:7/15).
Los discípulos le hicieron esta pregunta: ¿Por qué dicen los escribas que Elías debe venir primero?. E1 respondió: Elías, en verdad, está para llegar, y restablecerá todo. Sin embargo yo os digo, Elías ha venido ya, y no lo reconocieron ...Entonces comprendieron los discípulos que hablaba de Juan el Bautista. (Mateo 17:10/14).
Vemos aquí un hecho claro de reencarnación, y es Jesús quien lo dice claramente y sin equivoco: "Juan Bautista es el Elías que ha de venir". Y reafirma que ya ha venido y que no lo han reconocido, comprendiendo los apóstoles que Jesús hablaba de Juan el Bautista.
Encontramos otra referencia en Lucas, 9:10/19.
"Aconteció que, orando El a solas, estaban con E1 los discípulos, a los cuales pregunté: ¿Quién dicen que soy yo?, respondieron ellos: Juan Bautista; otros Elías; otros, que uno de los antiguos profetas resucitados".
Aquí no son solamente los discípulos quienes creen en la reencarnación, sino también el pueblo. Y "resucitado", significa naturalmente "reencarnado", puesto que el cuerpo de Elías o del antiguo profeta, estaban destruidos desde hacia siglos, las únicas partes que habían quedado vivas eran el alma y el espíritu, y sólo éstas podrían representarse bajo nuevas formas sobre la Tierra.
Sobre la reencarnación, se habla en Marcos, 6:14/16:
"Llegó esto a oídos del rey Herodes, porque se había divulgado mucho su nombre, y decía: Este es Juan el Bautista, que ha resucitado de entre los muertos; pero otros decían: Es Elías, y otros decían que era un profeta. Pero Herodes, oyendo esto decía: Es Juan, a quien yo degollé, que ha resucitado".
Aquí no puede quedar ninguna duda del término "resucitado", puesto que debe ser entendido en el sentido de "reencarnado". Sabemos también que Herodes, por petición de Salomé, su hija, empujada por su mujer Heroidas, haba enviado un verdugo que corté la cabeza de Juan. Ahora bien, si Juan hubiera resucitado, se presentara a las gentes con sus antiguas facciones conocidas y todos habrían sabido y habrían hablado señalando justamente esta particularidad. Y como precedente, habría habido dos personas físicas distintas: la de Jesús y la de Juan. Sin embargo no era este el caso, sélo estaba Jesucristo que predicaba, además un cuerpo sin cabeza no puede resucitar ni puede ser vuelto a la vida, y Herodes sabía estas cosas y comprendía naturalmente, hablando de Jesús, el paso a él del alma de Juan, y no su renacimiento.
En el evangelio de Juan 20:22, existe una revelación absolutamente clara al hecho del retorno:
"Jesús dijo: Si yo quisiera que este permanezca hasta que yo venga, ¿a ti qué?. Tú sígueme. Se divulgó entre los hermanos la voz de que aquel discípulo no morirla, mas no dijo Jesús que no moriría, sino: Si yo quisiera que este permanezca hasta que venga, ¿a ti que?".
¿Cómo podría permanecer Juan entre nosotros hasta ese añorado dia?. Sabedores de que la muerte es una barrera infranqueable para la naturaleza humana; evidentemente y sin duda, por medio de la reencarnación.
Para terminar las citas bíblicas, debemos recordar lo que, sobre los niños llenos de defectos, escribid San Agustín a San Jerónimo: "Dios, pudiendo sólo crear el bien, es muy probable que ellos hubieran escogido estos defectos en una existencia precedente".
Investigadores de diferentes pases han tenido la ocasión de examinar casos de individuos que aseguraban acordarse de su vida precedente. Después de haberlos estudiado con seriedad y con escrupuloso rigor científico, han debido concluir con la afirmación de que la reencarnación es un hecho, y que los recuerdos correspondían a la realidad. Realidad conmovedora, pero realidad, y el estudio de los casos probados, se extiende cada día mis, incluso en los centros universitarios. Basta decir que la Universidad de Jaipur en la India, ha reunido un equipo de seis decanos, que han recogido en sus archivos unos ó0 casos de reencarnación probados.
E1 profesor Denys Kesley, miembro del Colegio Real Inglés de Medicina, ase como su mujer, Joan Grant, han relacionado en un interesantísimo volumen, la documentación de otros diez casos de reencarnación.
Queremos recordar un versículo del Corán, en el cual, Mahoma, hablando de la reencarnación, nos dice: "Dios crea a los seres, y los envía miles de veces, para que ellos vuelvan a E1". Nosotros añadimos: "Conscientes, purificados y no arrepentidos", como algunos aseguran.
Ya en nuestro tiempo, recogemos a su vez otro caso muy significativo que se dio en Santa Bárbara (California):
"Mamá, cierra el oxigeno, no lo necesito más".
26 de Enero de 1.97ó. Eduardo de Moura Castro, un niño de 7 años atacado de leucemia, dijo también:
"La muerte es una vía, un camino hacia otra galaxia. Quiero volver a la vida como un niño lleno de salud", añadid el pequeño.‑ Eduardo crea en la reencarnación. También dijo: "No se por qué elegí volver a esta vida como enfermo, pero cuando se vuelve no se recuerdan los motivos de la elección". "Cierra el oxigeno, no lo necesito más", y tomando entre las suyas la mano de su madre, ha añadido con una sonrisa: "Es la hora". Después murió".
Nuestra respuesta. "En verdad os digo: El este vivo, ha regresado a su verdadera patria, después de haber llevado a término su misión en un mundo agonizante, donde muchos otros niños como Eduardo, son inexorablemente golpeados por un morbo, que la perversa obra humana alimenta, para agigantar el dolor y para hacer sonreír a la muerte. La ciencia humana, dedicada por completo a trastornar el natural proceso de la vida, continua alcanzando el estandarte de la delirante y loca destrucción, poniendo en libertad las vibraciones que odian la vida, en lugar de amarla, sostenerla y volverla sana y fecunda.
E1 poder del dominio, corroborado por la ciencia sin conciencia, procede, con ingenios mortales a sembrar el espectro destructor del amor hacia la vida y hacia los valores indispensables capaces de volverla sana, feliz, radiante de bien y de progresos ascensionales espirituales y materiales.
E1 mensaje de este espíritu galáctico está cargado de amor y de amonestación para todos los hombres de buena voluntad. Para todos los que, con sus obras benéficas y con una conciencia positiva y edificante, puedan hacer renacer en los corazones el amor a la vida y no a la muerte. Só1o si lo queréis, será así".
¿A dónde vamos?... Vamos alimentando el devenir de Dios, a conquistar la conciencia, el conocimiento y la eterna felicidad, sublimando nuestra carne, hasta transfigurarnos en ángeles, arcángeles, querubines... Y así un día, será el 99,99% de esa quimera sublime y eterna; rodeándonos de omnipotencia, omnisciencia y omnipresencia de un Dios mis grande y expansivo, generador de justicia y de amor universales.
La respuesta a la pregunta: ¿cuáles son nuestras funciones?, la daremos a través de la ínter‑relación de la identidad hombre-Tierra en el siguiente capítulo, así como el porqué de todo ello. Pensamos que la introducción a nuestras iniciales preguntas sobre el porqué‑vital que cada uno se plantea en los momentos decisivos de su existencia, están aquí' contestadas, como punto de partida al descubrimiento individual interior, puesto que la "verdad" de Tomás, necesitaba de pruebas, mientras que la de los otros seres, se sustentaba en la fe y en el carisma, que siempre transportan respuestas interiores a cada inquietud que asoma a la parca razón humana.
Haciendo un resumen de lo hasta ahora tratado, podemos afirmar ya, que el hombre está constituido a semejanza de Dios, de: espíritu; alma y cuerpo. Que venimos de las estrellas, como resultado genético de la inseminación de los Dioses al primate. Y por último, que vamos a la perfección necesariamente.
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