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La ayahuasca-Pueblo Harakmbut , Selva Madre de Dios

La Madre de las plantas.
Origen Harakmbut de la Ayahuasca.
Kama-rampi. Hospital o cementerio. Luz en la oscuridad.
Ejemplo de análisis de una visión.
Tipos de Ayahuasca.
La soga y el mundo.


El término Ayahuasca procede de la lengua Quechua y literalmente se traduce por la soga del muerto o soga del espíritu (aya es espíritu y huasca, soga). Es el nombre más conocido a nivel mundial y nos remite al género de plantas de la familia banisteriopsis y sus especies, que toma el nombre de purga en los mestizos del Perú y de Kamarampi entre los Machiguengas y Campas.
En la práctica, esta preparación de Ayahuasca es la mezcla en un bebedizo o pócima de, al menos, dos plantas: la liana de la ayahuasca (normalmente B.Caapi) y las hojas de la chacruna (P.viridiis y ssp.). A la mezcla se le pueden ir añadiendo diferentes plantas y/o árboles para aumentar la potencia curativa, la actividad visionaria y la onírica. El resultado es un bebedizo, generalmente de color café, con gran potencial purgante y visionario que, al tomarlo, produce sus efectos a lo largo de 4 a 8 horas.
En el mundo del curanderismo amazónico, tanto nativos como mestizos la consideran la madre de las plantas o del mundo vegetal, entendiendo el término “madre” no en su significado común, sino como el de origen y apertura hacia las demás plantas, el canal. Decir “madre de las plantas” nos remite a las primeras tomas que uno realiza en un contexto ritual y que varían en resultados, según el estado psico-emocional de la persona, el emplazamiento físico y las raíces del maestro que dirige la ceremonia.
Las primeras visiones se presentan, normalmente, después una fuerte mareación que lleva al paciente a vomitar la pócima (no en todos los casos). El espíritu de la planta puede presentarse en la visiones como una señora bien vestida que abre las puertas de un bosque, jardín u hospital. También como una gran boa que rodea al paciente con actitud de tragarle o estrangularlo en algunos casos… o de darle un beso en otros casos. Por eso, gran parte de los pacientes o maestros denominan a la boa como el animal o elemental totémico de la Ayahuasca.
Cuando una persona toma por primera vez la Ayahuasca puede sobrecogerse por la gran cantidad de visiones y espíritus que recíprocamente observan sus visiones y que se mezclan, en última instancia, con todos sus miedos, originados al enfrentar su interior, las debilidades, dudas y temores. Más tarde, éstos podrían desvelar enfermedades o dependencias de diversos órdenes. Este miedo es más grande cuanto mayor es el alejamiento de la persona del mundo natural y, en verdad, de la gran realidad que nos rodea. Por eso algunos de los curanderos modernos aseguran que la Ayahuasca es un gran desalucinador .
Visiones sobre nuestro pasado, emociones guardadas durante años y traumas o sustos , afloran desordenadamente delante de nosotros proyectadas como si fuera un film de tres dimensiones. Todo ello rodeado por una infinidad de espíritus del mundo natural (animales, plantas etc.) que se proyectan interactuando con la curación y las visiones, y produciendo, sobre todo en las primeras experiencias, un caos catarquico que lleva al individuo a vomitar y expulsar de su cuerpo toda esa confusión y enfermedad. Posteriormente, la persona experimenta una lucidez metal desacostumbrada y una paz interior, a veces rodeada de visiones más suaves. Este es el patrón más común según el cual actúa la purga pero no el único, ya que en cada persona puede tener lugar con muy diferentes sentidos.
Todo este proceso es guiado y supervisado con mucho cuidado por el maestro que dirige el ritual apoyado por sus espíritus auxiliares y por algún colaborador o su propia esposa (en caso de que se encuentren presentes).
La clave del éxito del ritual de la Ayahuasca viene dado por las siguientes variables, similares en importancia:
  • La preparación del Maestro, su experiencia y validez como maestro curandero. Su ascesis y su respeto a la regla o dieta.
  • La preparación de la Ayahuasca. Cómo fue preparada, la concentración, las plantas que se usaron y quién la preparó.
  • La dieta post-ritual y el seguimiento.
  • El lugar donde se realiza el ritual, siendo indispensables los lugares silenciosos dentro de la naturaleza.
  • La preparación de los asistentes, pacientes o iniciantes en el camino de las plantas. Su limpieza interna y su balance psíquico-espiritual.
Dependiendo del respeto a todas estas premisas el ritual será beneficioso, ya sea para el paciente o para el iniciado en el camino espiritual de la naturaleza. Al acabar el ritual de la Ayahuasca el mundo racional deja de tener vital importancia quedando como la cáscara de control de infinitos mundos que se interrelacionan, y dando como fruto la vida que hoy fugazmente podemos contemplar. Los días siguientes el paciente, que se sentirá mucho más ligero y en paz consigo mismo, está obligado a realizar una pequeña dieta para que la curación recibida se asiente y no aparezca ningún tipo de desorden.
Al ser iniciado hace unos diez años por un curandero peruano de origen Harakmbut me veo en la obligación de relatar su mito del origen de esta medicina. Entra también en este relato otra planta maestra, el Toe, muy importante en el mundo vegetalista y las tradiciones chamánicas americanas. Es de señalar que el pueblo Harakmbut, hoy prácticamente extinto, fue el de mayor importancia religiosa y política en la selva baja y alta del Río Madre de Dios (sur-oriente peruano).
El relato fue contado a la luz de una lámpara de queroseno en el año 2000, siendo un anciano el locutor y estando presentes tres comensales de la misma etnia, un Machiguenga y yo. Todos masticábamos hoja de Coca mezclado con la ceniza del árbol llamado Manacaraco .


“…los Haramkbut no conocíamos antes la Ayahuasca, solo usábamos Toe, nuestra planta de nosotros es el Toe. Un día un soñador, médico de los nuestros, ante la preocupación de no encontrar explicación y cura a diversas enfermedades y problemas se puso a meditar. Meditó mucho y rezó a su creador, mucho, mucho tiempo hasta enflaquecer. Después tomó el Toe. Éste le presentó la noche como el día y viajó en el Universo muy lejos hasta donde acaba el cielo y todo es negro. Allí encontró a un ángel y éste le habló: ¿por qué sufre tanto tu gente en la tierra? Yo te daré este tallo que se llama Ayahuasca y tú lo sembrarás en la tierra, de ahí saldrá una planta que trepara hacia el cielo apoyándose en los árboles. Esta planta os dará claridad en vuestro pensamiento y os dirá la utilidad de las cosas del mundo…

Así pues llego el ayahuasca a nosotros, pero siempre los Machiguengas lo usaron más que nosotros.”

Los Machiguengas son una etnia con los que compartía temporadas durante mi vida como guía y empresario de turismo en la región de Madre de Dios. Normalmente era en la época de lluvias cuando los frecuenta más, ya que mi trabajo se paraba por completo. Esos días de descanso los pasaba en la selva virgen entre la comunidad y el albergue turístico que estaba finalizando de construir. En la actualidad esta etnia está en proceso de mestizaje, aunque la pequeña comunidad a la que me refiero conservaba todavía completas sus bases tradicionales de vida y comportamiento.
Al llegar a vivir en una selva tan agreste algo tuvo que morir en mí y otro nuevo ser nacer. Un ser salvaje, sólo porque ansía la libertad. Esto, trae graves consecuencias con en el mundo occidental, aunque en el Machiguenga y en otros pueblo nativos sea la única razón de vida. Kama en machiguenga es morir y rampi renacer, juntos forman Kamarampi, con la que designan a la Ayahuasca estos nativos. Morir para renacer, simplemente. Pero…. morir, ¿cómo?...renacer, ¿cuándo? Alguien se podría asustar y esto será la prueba más difícil: el miedo. Morir es en sí cambiar… le podríamos llamar, la pequeña muerte y emparentarla de cerca con la muerte del ego, las costumbres adquiridas, etc. Para un nativo que vive en la naturaleza, donde el ciclo de vida y muerte es muy dinámico, el cambio es algo normal. Los pueblos occidentales se están educando al no-cambio, al estatismo y esto conlleva corrupción.

Para ilustrar estas ideas, relataré dos experiencias de Ayahuasca. En la primera participé con un amigo curandero de la etnia Huitoto , en la selva amazónica de Iquitos. La mezcla del Ayahuasca era con Toe y los efectos comenzaron a los veinte minutos de tomarla. Mi primera visión fue ver a mi amigo sentado sobre una montaña de cráneos humanos. Profanamente me deje llevar por el horror y el pánico de la escena. Más tarde recapacité y busqué en mis memorias un significado en el lenguaje simbólico de las plantas maestras.
Recordé otra ceremonia de Ayahuasca, cuando tomé con un chamán de la etnia Chanca . Esa noche la medicina me hizo vomitar repetidas veces. Cuando paró el vomito, en mis visiones asistí a mi propio entierro que era encabezado por una compañía de mujeres vestidas elegantemente de luto y que cantaban una sonata fúnebre. Mi muerte era precedida por una operación en la que era liberado de dos elementos que cargaba sobre mi cuerpo, una gran cruz cristiana y una gran corona de espinas. Todo el sufrimiento del mundo occidental lo cargaba en mi cabeza y espalda. Cuando me liberaron de estos objetos me introdujeron en un ataúd de madera. Otros espíritus también vestidos de negro pero sin adornos, cavaron el nicho que me albergaría. Una voz me decía que yo pasaría tres meses enterrado allí. Encima de la tumba, tallado en un gran poste de madera, el dios egipcio de los muertos, Osiris, supervisaba toda la operación. Después quedé profundamente dormido.
Al amanecer del día siguiente me desperté notando que algo había cambiado definitivamente dentro de mí. Sentía mi cuerpo ligero, como si algo me faltara, mejor dicho como si una parte de mí no estuviera. Esta sensación también la percibieron algunas personas de mi círculo de relaciones de esa época. El síntoma duró tres meses pero no puedo describir lo que cambió en mí, aunque estoy realmente convencido de que cambiaron muchas cosas. Hasta podría decir que me trasformó de una manera inexplicable en una persona nueva. Mi vida y la relación con el entorno comenzaron a cambiar irrevocablemente.
Volviendo a las experiencias con el amigo Huitoto reconocí en la visión de las calaveras a todas las personas que él había curado con las plantas o, como diríamos nosotros, dejaron su viejo ser, hicieron su pequeña muerte, buscando una mejoría en su interior o un cambio en su destino como seres humanos. Llegando a este punto, podríamos pensar en la terapia de muerte con la Ayahuasca como la conquista de un nuevo ser, de un nuevo cuerpo físico-energético-espiritual, aunque esta conquista es una conquista en el tiempo, ya que nunca acaba realmente.
Katsonsonitsa es una expresión que usan los curanderos o Seripigaris machiguengas para nombrar a la liana de la Ayahuasca o más bien, a un tipo de trabajo que ser realiza con ella. Literalmente katsonsonitsa se traduce como “la liana que nos alumbra en la oscuridad del camino”. No tanto se refiere a la planta del Ayahuasca en sí sino al poder del curandero (antes paciente empírico) de producir o congregar luz para curar o iluminar al paciente.
El producir la luz o el fuego (sea en sentido figurado o no) es un arte que sólo algún cabeza de familia o Seripigari saben hacer. Básicamente, en nuestra sociedad el uso de la luz lo destinamos a otros fines, otro tipo de magia: el alumbrado público. Al perder la raíz del fuego y otras tantas tradiciones olvidadas, el hombre comienza a depender de otros para cubrir necesidades básicas; si la base falla, cae la estructura de la familia y la sociedad. Desde el punto de vista bioenergético de la naturaleza, depender, como en este caso, del alumbrado público, nos puede hacer verdaderamente débiles. Esta dependencia se manifiesta en casi todas las áreas y relaciones de nuestro entorno. Dependemos de todo y cuando nos lo quitan nos ponemos a llorar como niños.
Pero el hombre nace con una luz natural, que poco a poco se opaca conforme desarrolla sus actividades en este tipo de sociedad dependiente. La planta de la Ayahuasca se nos da como una forma de iluminar nuestra conciencia, de cortar dependencias y limpiar relaciones, para lo cual hay que estar fuerte y, para estarlo, necesitamos buenas bases .Tenemos que reconocer que el hombre primitivo que vivía en comunidad tenía buenas bases...al menos eso…
Quiero analizar, antes de continuar, una visión producida por la Ayahuasca, una experiencia que marcó un hito en mi trabajo con esta planta. La interpretación es personal pero al ser comentada con personas expertas pueden encontrarse más significados posibles. La ceremonia de la Ayahuasca, generalmente, tiene sus seguidores entre sujetos, y me incluyo, a los que les impactan las increíbles visiones proporcionadas por la mezcla de la planta con Chacruna , Chacropanga u otras. En este punto hay que tener mucho cuidado ya que la planta prueba tu equilibrio también por los ojos y, al fin y al cabo, las visiones las construimos nosotros mismos, con todo nuestro material psíquico-espiritual.
Que las visiones tengan una connotación real, en nuestra realidad cotidiana, o no es un punto que hay que examinar aparte. No hay que dejarse sorprender o guiar por las visiones en un primer momento ya que la mente puede estar contaminada o puede trabajar aparte, es decir, sin la vigía de nuestra conciencia. De todas formas las visiones nos dan una gran cantidad de información valiosa para nuestra formación y desarrollo. Sobre todo las visiones que no tienen por objeto central a nosotros mismos.
La visión que voy a narrar se produjo en los Andes, después de tomar la Ayahuasca en un clima frío, a tres mil metros sobre el nivel del mar. Éramos solamente dos participantes y yo dirigía la ceremonia. Antes del ritual habíamos meditado durante media hora. El tema de mi meditación, fue, el por qué de la enfermedad y del mal en el mundo. Las calidad de la visón varía en el clima frío, es un poca más nítida y ordenada que en los bosques tropicales.
Comenzó con un viaje atravesando estrellas y universos, en uno de los cielos estrellados se presentó la figura de un hombre alto, vestido elegantemente con un traje plateado. Este hombre me trató con mucha familiaridad diciéndome que me iba a mostrar de una forma comprensible para mi entendimiento, la razón del mal en el mundo. Agitó la mano y comencé a ver un desierto cualquiera en el cual veía de cerca la figura de Moisés, diríase un episodio del libro del Éxodo. A Moisés en ese momento del cielo le caen las tablas de la ley. Eran un pesado bloque de piedra en forma de corazón que cuando golpeó la tierra se partió en dos, por su justa mitad. Moisés se quedó parado mirando lo que ahora eran dos trozos de piedra y en las que estaba escrito el decálogo de la ley. De ahí volví donde el señor vestido de plata y me mostró una especie de tormenta cósmica en la que estaba sumergido nuestro planeta Tierra. “Este es el mal, -dijo- la enfermedad que azota el mundo, el origen; será difícil que lo entiendas pero la salvación vendrá cuando los humanos junten los dos trozos de piedra y restauren el corazón. Esa es la única salvación de este planeta: el Amor.” Con estas palabras se despidió y así acabo la visión.
En esta visión hay dos partes bien diferenciadas, una en la que habla el sujeto vestido de plata, que podríamos identificar como un ángel o aliado, y otra en la que Moisés es el protagonista. El ángel o aliado se presenta de una forma inequívoca en mi visión, siendo neutro su papel y sin representar ninguna conexión con informaciones de mi subconsciente. Su persona podía ser cualquier humano pero su vestido, nunca ví algo parecido. Él, a su vez, me introduce en otra visión: la historia con Moisés y las tablas de la ley/amor. Ahí está la riqueza de esta visión, dos historias que se presentan una para explicar a la otra y que, a su vez, dan una respuesta (válida) a mi meditación pre-Ayahuasca. Dejo ya en manos del lector más interpretaciones y me limito a dejar en constancia la riqueza y complejidad de algunas visiones.
Clases de Ayahuasca hay muchas, según también usemos diferentes criterios de selección. Si atendemos únicamente a la Ayahuasca como la soga o liana designada con ese nombre, encontramos dos líneas diferentes de denominación:
  • La botánica, en la que los científicos, basados en criterios formativos, han llegado a seleccionar hasta 20 tipos diferentes de liana.
  • La nomenclatura usada por los maestros mestizos y nativos, en la que hay variaciones según su tradición. Así, hay maestros que nombran a la liana según el color de sus flores, otros según el color de su tallo al ser raspado, etc.
Existe otra forma de nombrar a la Ayahuasca, considerando ya no solo la liana y sus aspectos físicos, sino según sus efectos; es decir, según la pócima resultante. Los efectos “psico-activos” cambian considerablemente según el tipo de liana usada y las plantas que la acompañan en la mezcla.
Los nativos Harakmbut diferencian hasta 22 clases de Ayahuasca que usaban según los requerimientos de cada ocasión. En el norte del Perú designan a la liana con los nombres de tigre-ayahuasca, rayo-ayahuasca, cielo-ayahuasca, boa-ayahuasca, pero sin ponerse verdaderamente de acuerdo en la caracterización y sus potenciales. A lo largo de mi experiencia he elaborado mi propio criterio basado en dos formas de ver a la Ayahuasca: una según el tipo de liana y la otra según su mezcla:
Según el tipo de liana, he encontrado la Ayahuasca amarilla o maestra (seguramente Banisteriopsis Inebrians), con menos potencial de marear y producir visiones que las usadas comúnmente. Es muy apta para personas que quieren aprender a conocer por primera vez la Ayahuasca. Las visiones son más sutiles y el sabor menos fuerte.
La Ayahuasca Rosada, o Cielo-Ayahuasca (Banisteriopsis caapi), más potente que la anterior es recomendable para personas con un poco de experiencia. Muy útil en limpiezas y curaciones.
La Ayahuasca Blanca, que trabaja el centro sexual principalmente.
La Ayahuasca Negra, con gran potencial de curación y protección energética. No produce apenas visiones, ya que están veladas por un denso manto negro.
Según sus mezclas, la Ayahuasca cambia totalmente. Si añadimos platas de visión obtendremos mejores visiones. Según el tipo de mal añadiremos plantas de curación, aunque la Ayahuasca de por sí limpia y cura muchos problemas. Pondré algunos ejemplos de mezclas:
  • Ayahuasca Básica: Liana de Ayahuasca + Chacruna (o Chacropanga) + Tabaco.
  • Ayahuasca para curar los huesos y enfermedades reumáticas: Liana de Ayahuasca + Chacruna + Tabaco + Chircsanango + Coca.
  • Ayahuasca para curar la inseguridad: Liana de Ayahuasca + Chacruna + Bobinzana + Soliman.
  • Ayahuasca Visionaria: Liana de Ayahuasca + Chacropanga + Chacruna + Toe.
De las interpretaciones que se le dan al trabajo con la soga del Ayahuasca en la sociedad no podría hablar ya que esto me ocuparía en un trabajo imposible. Me limitaré a hablar sobre lo que mi experiencia pudo observar en algunos grupos humanos e individuos. Unos vieron a la Ayahuasca como la apertura hacia el mundo de las plantas, los animales, los espíritus y todo el universo natural. Otros vieron la llave del poder de la magia, la curación y también de la hechicería. Algún occidental vio a Dios y al Diablo, y algún nativo vio en el camino con la Ayahuasca como el mejor para ser un verdadero humano.
Yo, preferentemente, me quedo con esta última, que para mí es el mejor fin, ya sea con o sin Ayahuasca. Pero hay otros que la ven de otro modo…:
  • - La prohibición de tomar la Ayahuasca con fines curativos en muchos países. En EE.UU. sólo pueden tomar la planta los fieles de la iglesia Uñao do vegetal pero no los enfermos. ¿Por qué? Porque el presidente de dicha iglesia casualmente también lo es también de la multinacional Universal Studios.
  • La destrucción de uno de los pilares más sólidos de las culturas étnicas de la amazonia.
  • La patente que hizo un señor -gringo sobre el saber milenario de los pueblos nativos amazónicos.
  • La ultima droga new age.
Nuestros hermanos nativos, a veces por dejadez, falta de unión o simplemente por la gran paciencia que le tiene al hombre blanco, no manifiestan su oposición ante tales agresiones culturales. Parece que están acostumbrados a no quejarse, a no llorar... ¿será por la dureza de sus vidas? No se olviden hermanos que el olvido es el principio de la muerte. Seguramente uds. están en lo cierto y lo único que nos quede es tener paciencia.