(Enseñanzas de un Maestro a un discípulo)
Amado Aspirante: El camino que conduce a la Verdad es uno de los más difíciles. Es así porque todos los seres humanos son diferentes y cada uno tiene su propia verdad, que no siempre coincide con la verdad de los demás. Ante esta realidad, los aspirantes al discipulado se preguntan. ¿Podremos hacer que nuestra verdad coincida con la Verdad Divina? Y el Sabio nos responde: "¡Persevera en el Sendero de Perfección, amado buscador de Luz! Y ten la seguridad de que podrás trascender lo humano y llegar a la Verdad Suprema o Absoluta que es parte de Dios, entonces serás UNO con el Padre y podrás vivir la verdad única que impera en todo el Universo".
La Verdad se siente, nunca la encontraremos escrita, pues no hay palabras para describirla en su plenitud. La Verdad se recibe por Revelación.
Se nos dice que la verdad es conformidad entre el conocimiento y su objeto. Conformidad de las cosas con la inteligencia creadora de la que dependen. Conformidad entre el pensamiento y el ser. Conformidad de los que se piensa con lo que se dice.
Se trata pues de un tema muy complicado que no es fácil de descifrar. Por eso la enseñanza espiritual nos indica que la verdad absoluta aquí no existe, porque en el mundo finito y condicionado en que vivimos, sólo existen verdades relativas. Nadie puede comunicar a otros la verdad, pues cada individuo debe hallarla por sí mismo y en sí mismo de acuerdo a su capacidad.
A nivel humano hay todavía tantas verdades como necesidades tiene el hombre de mentir. Por eso es tan difícil ponerse de acuerdo con nuestros hermanos. El evangelio nos dice: "Conocereís la Verdad y la Verdad os hará libres". Esto nos alienta porque precisamente es lo que estamos buscando: llegar a conocer la Verdad, esa Verdad indiscutible y pura que está por encima de todas las verdades humanas y que sea capaz de liberarnos de toda esclavitud moral.
Pero nos viene enseguida otra pregunta: ¿Cuánto tardaremos en recorrer este camino de autoperfeccionamiento que nos conducirá hacia la meta? He aquí nuevamente la respuesta del maestro, que ahora nos dice: "Dependerá de tu nivel de evolución y del empeño que pongas en dar cumplimiento a cuanto se te indique en la enseñanza espiritual". Esto es muy claro, pero aún agregaremos la siguiente afirmación, tomada de la fuente de la sabiduría eterna, la cual nos hará comprender un poco más sobre este tema: "La Verdad nos hace libre únicamente cuando la falsedad pierde el poder de esclavizarnos".
¿Somos capaces cada uno de nosotros de calcular el tiempo en que lograremos que la falsedad ya no tenga ningún poder en nosotros y sobre nosotros? Es probable que no, porque dependerá de las dificultades no siempre previsible que se nos vayan presentando en el camino que deberemos recorrer.
"Conócete a ti mismo" nos dice sabiamente un viejo axioma. Comencemos entonces con el análisis de la verdad para con nosotros mismos; tengamos la valentía y la humildad necesaria para sincerarnos con nuestro ser, para descubrir, analizar y corregir los propios defectos nuestros sin pretender justificarnos. Digámonos la verdad a nosotros mismos, mirándonos en el espejo de nuestra conciencia. Vayamos eliminando la montaña de orgullo que hemos venido construyendo con las debilidades de nuestra personalidad.
Transformemos en virtudes las pasiones y hábitos que nos avergüenzan así no tendremos la necesidad de cubrirlas con mentiras.
Si obramos de esta forma habremos comenzado bien nuestra marcha por el camino espiritual.
Haciendo esto, toleraremos más al prójimo y seremos más comprensivos con la verdad de los demás. Procediendo de esta manera comenzaremos a descubrir que la verdad absoluta no es patrimonio de este mundo material, que ninguna verdad humana es verdad ciento por ciento, y que un elevado porcentaje de la humanidad necesita todavía de la mentira para poder vivir.
Que esta realidad no te amargue, aspirante a discípulo. Deja a los demás vivir su vida y tú vive la tuya con inteligencia, espíritu de superación y comprensión. No trates de aislarte de la familia o de la sociedad por esto. Recuerda que Dios en su infinita sabiduría nos ha destinado a convivir. La Maestría se obtiene aprendiendo a mantenerse limpio aún en medio de lo impuro. Sé inteligente y fuerte: convive, pero no te contamines.
El camino estará siempre lleno de pruebas, y TU debes vencerlas, aunque estas sean de fuego. Recuerda también lo siguiente: "cuando tus labios estén purificados en el fuego de la verdad tu palabra se convertirá en Ley".
Para alcanzar la verdad en el plano espiritual es necesario trabajar seriamente, dominando la personalidad inferior, para que el hombre animal pueda ceder su sitio al hombre espiritual. Hay que lograr esa elevada condición por medio de la cual el hombre se unifica con el Alma Universal, y para esto, lo primero que se necesita es Amor a la Verdad por la misma Verdad y sin especulaciones. Habrá que hacer mucha meditación y mantener una disciplina firme, con la mente fija en la Verdad; comprendiendo que Dios hizo perfecto al hombre; comprendiendo que el hombre, en su esencia, no cambia, son las creaciones mentales del hombre lo que transforma su vida, lo cambia y lo hacen errar. Hay que sentir que Dios no abandona al hombre, sino por el contrario, es el hombre que se aleja de Dios. Esta es la gran Verdad que en un día futuro sellará el encuentro definitivo, amoroso y consciente, del hijo con su Padre Celestial a través de una experiencia viva, luminosa, impersonal, inexplicable...Una vez lograda la misma, por fugaz que fuere, esa vivencia incomparable disipará toda duda para siempre y el hombre liberado ya será la fiel expresión de su Alma. A partir de esta iluminación, el hijo de la Luz vivirá inmerso en la Verdad Suprema y será LIBRE.
A esta meta habremos de llegar, pero mientras tanto, querido estudiante, deberemos desenvolvernos en el mundo de las verdades relativas y del egoísmo. ¿Cuantas veces peleamos ciegamente con nuestros hermanos invocando alguna aparente verdad que no puede ser real para todos? ¿Cuántas luchas amargas y muchas veces sangrientas se han producido en la humanidad en nombre de una verdad inexistente o invocada con fines egoístas? Pero no te desanimes por esto, es el fruto de la imperfección humana que nosotros debemos tratar de corregir. No te desalientes y prepárate para conducirte siempre con inteligencia, acierto y comprensión.
Sé prudente, ten presente que tu verdad puede hacerte equivocar, porque ninguna verdad humana es verdad ciento por ciento. Defiende tus ideales con sinceridad y valentía, pero hazlo siempre con respeto y sin violencia. Aprende a subirte a la montaña para observar la fauna desde arriba. Comprende que la lucha biológica ya no es para ti. Mira el horizonte y verás que siempre hay un lugar donde la tierra se junta con el cielo. Trata de ser tú ese lugar del horizonte para convertirte en un elemento de paz y de concordia. Sé inflexible ante la falsedad y la mentira, pero nunca te encegezcas. No pretendas que todos acepten tu verdad. Ante la incomprensión de tus hermanos, en lugar de responder al mal con mal, ELÉVATE, Y PON EL PROBLEMA EN MANOS DE DIOS Y DÍ COMO JESÚS "PERDÓNALOS, PADRE, PORQUE NO SABEN LO QUE HACEN"; entonces, cómo él, serás la VERDAD, EL CAMINO Y LA VERDADERA VIDA.
Queridos hermanos en la luz. Si este escritos encuentran eco en sus corazones háganmelo saber, así como toda crítica constructiva, consejo y/o indicación.
¡Que la luz resplandezca en vuestro corazón!
Autor: Frater Lucis Sincerus
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